Cuando nos quedamos embarazadas, una de las decisiones que
hay que tomar es el hospital o clínica donde vamos a dar a luz. Con esta
entrada lo que quiero exponer son una serie de puntos a tener en cuenta para
decidir dónde vamos a traer al mundo a nuestro bebé. Como todo, es una opinión
personal, pero creo que son puntos importantes. Tras dos partos, he podido
comparar los protocolos de actuación de una clínica privada y de un hospital
público amigo de los niños y las diferencias son abismales.
Es posible que una madre primeriza no sepa cómo quiere que
sea su parto, sus expectativas son bajas y, seguramente, lo único que piensa es
que los médicos hagan lo que tengan que hacer para que su bebé nazca bien. Si
en el círculo de amistades no ha habido experiencias con las que comparar, lo
más probable es que la mamá que se enfrenta por primera vez a este proceso las
únicas opiniones y experiencias que tenga sean las de madres, tías o abuelas y
hace treinta años las cosas eran muy diferentes a como son ahora. Lo que antes
se consideraba normal ahora no está recomendado por las organizaciones
oficiales.
Bien, estos son los aspectos que, considero, se deben
examinar a la hora de elegir hospital:
-
Episiotomía,
rasurado y enema. Esto es un pack que normalmente se suele aplicar a la
madre primeriza. ¿La razón? Lo ignoro, porque realmente no es necesario. En
muchas clínicas es algo que se realiza por protocolo, no por necesidad, y sin
informar a la madre de por qué se hace. En las clases de preparación al parto a
las que asistí en mi primer embarazo, un matrón nos comentó que se ponía el
enema para vaciar lo máximo posible toda la zona, para dejar hueco y que,
llegado el momento del expulsivo, el bebé no acabara lleno de “porquería”, ya
me entendéis. Que el rasurado se hacía por higiene, para que a la hora de hacer
la episiotomía toda la zona quedara lo más limpia posible. Y que la episiotomía
era algo necesario para evitar posibles desgarros, que siempre era mejor hacer
un corte controlado que un desgarro que podía ir en cualquier dirección. Yo
salí de aquella clase totalmente convencida de que eso era así, si me lo decía
un profesional, por algo sería. Qué equivocada estaba, madre mía. El enema no
es ni mucho menos necesario. En mi primer parto me lo pusieron porque sí, en realidad
ni siquiera me habían preguntado qué tal iba al baño. Es más, si algo me ha
caracterizado siempre es que suelo ir con la tripa bastante sueltecilla, vamos,
que no necesitaba algo que me ayudara a ir más al baño. En este parto, no me lo
han puesto y mi niño no ha nacido lleno de “porquería”. El rasurado, por
suerte, no me lo realizaron en ninguno de los dos embarazos, no me quiero ni
imaginar cómo debe ser que te crezca el pelo en una zona que tiene puntos,
¡¡¡con lo que eso pica!!! Y con respecto a la episiotomía… ni que decir tiene
que se emplea de manera indiscriminada la mayor parte de las veces. La OMS
recomienda que se realice en un porcentaje muy bajo y solamente cuando sea
estrictamente necesario. No sé si en España este porcentaje se triplica. Es una
pena. En mi primer parto, el ginecólogo comentó (ni siquiera se dirigía a mi):
“vamos a tener que hacer epi, viene con una vuelta de cordón”. En este
embarazo, también venía con una vuelta de cordón y no me hicieron episiotomía,
así que esa razón carece de sentido. Esta práctica puede conllevar a muchos más
problemas que un desgarro. Ni que decir tiene que la recuperación no es la
misma con un desgarro que con una episiotomía (por supuesto todo depende del
grado de desgarro que se tenga, pero un desgarro siempre será más natural).
Tras mi primer parto, no pude sentarme sin sentir dolor hasta pasados 13 días,
no podía ir al baño sin tomar antes laxantes y no pude coger a mi hija estando
de pie hasta pasados tres o cuatro días, porque el dolor que sentía y las
molestias que tenía me lo impedían. En esta ocasión, con un desgarro de grado
II, no he tenido ningún dolor, he podido estar con mi hijo desde el primer
momento, ducharme sin ayuda, ir al baño sin laxantes, sentarme sin ningún
problema ni dolor… una maravilla. Curiosamente, el desgarro que tuve fue justo
por donde me hicieron la episiotomía en el parto anterior, qué casualidad.
-
Monitorización
fetal en la dilatación. Si el parto es normal, no es inducido, no entiendo
por qué hay que monitorizar desde el primer momento a la madre. Esto impide el
movimiento y creo que la dilatación es mucho mejor si la madre elige la postura
en la que se encuentra más cómoda, si puede pasear, ducharse… en fin, tener
cierta libertad de movimientos. En mi primer parto, que era totalmente normal,
estuve monitorizada desde el primer momento. En este segundo parto, tuve que
estarlo porque fue inducido y tenían que ir controlando cómo respondía el bebé
a la medicación. En realidad, es lo único por lo que le veo sentido a la
monitorización, para ver si hay sufrimiento fetal y poder actuar en
consecuencia.
-
Vía para
suero. Esto es algo que también suele hacerse de manera rutinaria. Según
entramos en el hospital nos ponen una vía y suero. En mi primer parto fue así,
no me dieron nada de comer ni de beber mientras estuve dilatando. Menos mal que
fue un parto corto. En esta ocasión también me pusieron una vía, pero no para
el suero, sino para la medicación. Pude comer en todo momento hasta que me
pusieron la oxitocina. Cuando me la pusieron, la matrona me comentó que sólo
podría beber agua, bebidas ricas en sales y zumos que no contuvieran leche
(como los Bifrutas). La idea de no poder comer ni beber durante la dilatación
entiendo que será por si la cosa termina en cesárea, pero no sé hasta qué punto
es necesario no alimentar a la madre. Es más, con el esfuerzo que tendrá que
realizar y lo cansado que es dilatar, lo mejor es que tenga fuerzas.
-
Contacto
con el bebé desde el nacimiento. Hay clínicas que no dejan al bebé con la
madre y esto me parece muy importante. Cuando el bebé nace, donde mejor está,
es con su madre, en contacto piel con piel desde el primer momento. Todas las
pruebas que hay que hacer al bebé se pueden hacer más tarde, no es necesario
realizarlas en los primeros momentos de vida. Además, no hay por qué llevarse
al bebé a ningún sitio, todas las pruebas (peso, tamaño, prueba del talón,
vacunas, etc) pueden realizarse en presencia de la madre. En mi primer parto,
se llevaron a mi niña y sólo me dejaron verla cinco segundos. En esta ocasión,
tuve a mi hijo encima desde el primer momento y todas las pruebas y controles
los hicieron en mi presencia, es más, algunas de las pruebas las hicieron con
el niño mamando o encima de mí.
-
Lactancia
precoz. Se recomienda poner al bebé al pecho por primera vez antes de que
pase media hora tras el nacimiento. Esto favorece un inicio de la lactancia
bueno y sin problemas. Con mi primer parto, no pude poner a mi hija al pecho
hasta pasadas tres horas, desconozco la razón. En este caso, pasados los
primeros momentos y en cuanto estábamos en la sala de dilatación, mi niño ya
estaba enganchado al pecho. Además, los profesionales del hospital deberían
estar capacitados para ayudar a la mamá en todo momento si existe algún
problema.
-
Existencia
de neonatología. Esto es muy importante. No tiene por qué salir nada mal
durante el parto, pero de haber alguna complicación, lo mejor es que el centro
disponga de un área de neonatología para el cuidado del bebé y que éste se
realice de la manera más rápida posible. No sería la primera vez que una mamá
se queda ingresada en el centro en el que da a luz mientras su hijo tiene que
ser derivado a un hospital que disponga de los mecanismos adecuados para su
cuidado. Y eso es una pena.
Bueno, bajo mi punto de vista esto son los aspectos más importantes que hay que evaluar a la hora de decidir el centro donde vamos a dar a luz. Por supuesto, hay muchos más, como la distancia a nuestra casa, si tiene o no habitación individual, pero eso en realidad no dejan de ser comodidades para el después. Claro que también deberíamos tenerlas en cuenta, pero no hay que dejarse llevar sólo por esos aspectos. El parto es una experiencia maravillosa que toda mujer debería poder disfrutar. Todas tenemos unos derechos que deben ser respetados en la medida de lo posible. Esta claro que un parto puede complicarse en un momento dado, pero la mujer debería estar informada en todo momento de las decisiones que se toman, pues no deja de ser su parto y su hijo.
Aquí dejo algunas páginas de consulta:
http://proyectodoula.blogspot.com.es/2007/03/recomendaciones-de-la-oms-para-un-parto.html
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