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viernes, 27 de abril de 2012

Montando la tarta de Pocoyó

    Y este es el resultado de mucho esfuerzo ....

Como hacer la tarta de pocoyo

Antes de montar la tarta, deberíamos tener preparado un almíbar con el que rociaremos el bizcocho antes de ponerle el relleno. De esta forma, no aseguramos de que quede jugoso aun con el paso de los días. Para hacer el almíbar, si mal no recuerdo, hay que poner en un cazo la misma cantidad de agua que de azúcar (por ejemplo, 100 ml de agua y 100 gramos de azúcar) y calentarlo. Cuando hierva, se baja y se deja que reduzca durante cinco o diez minutos. Antes de retirarlo del fuego, podéis echarle alguna esencia, en mi caso, utilicé la de azahar, que me encanta el sabor que le da. Lo dejáis enfriar mientras hacéis los siguientes pasos.

No sé si llegué a comentarlo en la entrada del bizcocho bicolor, pero mi idea era hacer dos tartas del mismo tamaño para poder ponerle los dos rellenos que había preparado.
Lo primero que aconsejo que hagáis es quitarle el “copete” a las tartas. El copete es la parte superior, suele subir más que el resto de la tarta y, de esta forma, conseguimos que esté igual. En mi caso, no subieron mucho y no había mucha diferencia, pero aun así la quité. Lo mejor para quitarla es utilizar un cuchillo de sierra e ir poco a poco, para igualarla lo mejor posible sin retirar demasiado bizcocho. Una vez retirado el copete y para asegurarnos que la superficie del bizcocho está totalmente lisa, lo mejor es darle la vuelta.







Una vez hecho esto, tenemos que partir el bizcocho por la mitad, para rellenarlo. Hay herramientas específicas para hacer esto, pero yo lo hice con el cuchillo de sierra y despacio. No quedó por igual, pero bueno, al final se acopla y no se nota demasiado.


Una vez partida y antes de separarla, lo mejor es poner un par de palillos para que, cuando tenemos que montarla de nuevo, sepamos dónde tiene que ir exactamente. De esta forma, el corte queda mucho mejor. Los palillos no se quitan hasta que no esté montada de nuevo, con relleno y todo.




Llegados a este punto, levantamos la mitad superior para poder rellenar, cosa que haremos sobre la mitad inferior. Antes de poner el relleno, tenéis que echarle el almíbar al bizcocho. No os cortéis, debería quedar bien empapadito (sin estar calado, claro). Después del almíbar, añadimos el relleno, por ejemplo, el de chocolate negro. Es mejor que estos rellenos los saquéis de la nevera unas horas antes, para que estén a temperatura ambiente y os resulte más sencillo de manejar. Antes de echarlo en la tarta, removerlo un poco con una cuchara o tenedor o incluso con unas varillas, para montarlo.


El relleno no debe ser muy escaso pero tampoco muy exagerado, para que no resulte muy empachoso. En una página web leí que lo ideal es que el relleno sea la mitad de la parte del bizcocho sobre la que lo estamos colocando. No sé si me he explicado bien, en este caso, el relleno de chocolate debería ser la mitad de la parte inferior del bizcocho. La verdad es que yo no me puse a calcularlo ni a medirlo, simplemente, le puse casi todo lo que había hecho de relleno, jejeje.


Cuando ya tengamos puesto el relleno, colocamos la mitad inferior de nuevo encima, asegurándonos de que los palillos están alineados. Sobre esta mitad, volvemos a echar el almíbar e incorporamos el ganache de chocolate blanco. En este caso, el chocolate había quedado muy líquido, así que lo que tuve que hacer fue batirlo con unas varillas eléctricas hasta que tuvo la consistencia que quería. Después, lo extendí igual que con el chocolate negro.

Llegados a este punto,os habréis dado cuenta de que nos falta tarta, hay que poner otra mitad de bizcocho encima del relleno de chocolate blanco. Pues bien, esta mitad que nos falta es la que sacaremos del segundo bizcocho. Por tanto, repetimos la operación del principio, quitamos el copete, intentando que quede lo más liso posible y partirmos el bizcocho por la mitad, procurando que nos quede del mismo tamaño que los otros dos.  La mitad que no utilicemos en esta preparación, la dejamos para los desayunos o meriendas o incluso para ir picando mientras hacemos la tarta, que es lo que hice yo J
Ponemos sobre el relleno la mitad del bizcocho, utilizad la mitad inferior, dejando en la parte superior (que es la que llevará las figuritas y la que se verá) lo que está más liso, pues es lo que estaba sobre el molde del bizcocho.
Y, de nuevo, agregad el almíbar en la parte superior, si cae por los lados no hay ningún problema, más rico y jugoso quedará.
Ahora llega el momento de echar sobre la tarta el “pegamento” que hará que el fondant no se mueva de la tarta. Se pueden emplear muchas preparaciones para esto, dulce de leche, nutella, ganache de chocolate… pero yo utilicé una buttercream de mantequilla que ya había preparado para la tarta de cumpleaños de mi madre. Lo bueno que tiene esta buttercream es que, al ser blanca, no importa que el fondant se manche, pues no se nota. Si fuese de chocolate, tendríamos que tener aun más cuidado a la hora de colocar el fondant sobre nuestra tarta.
La receta para preparar el buttercream de mantequilla la saqué de internet, os dejo aquí el enlace donde viene muy bien explicado todo.
Es conveniente dejar a temperatura ambiente el buttercream para poder trabajar con él. Antes de echarlo sobre el bizcocho hay que rebajarlo con un poco de líquido (leche, licor, etc., yo opté por leche al ser una tarta para mi niña) y batirlo hasta que quede una textura cremosa. Después se aplica por toda la tarta, de forma que los pequeños huecos que hayan podido quedar o las migas, en fin, todas las imperfecciones que pueda tener nuestro bizcocho, se cubran. Esta buttercream se endurece pasado el tiempo, así que después podremos pasarle una servilleta o algo con la mano para terminar de alisar por completo la superficie de la tarta y los lados. Tened en cuenta que sobre ella irá el fondant y si hay migas o picos, se notará.



Este es el resultado final. En este caso, lo que hice fue realizar todos estos pasos durante la tarde del sábado y metí la tarta en la nevera toda la noche. Al día siguiente ya la recubrí con el fondant y le puse los muñequitos, que hice durante la noche, cuando mi hija ya se fue a la cama.

Bien, para cubrirla con el fondant, primero hay que sacarlo de la nevera y dejarlo a temperatura ambiente para que se ablande. Lo que yo hice además fue meterlo en el microondas para que estuviera más elástico y me fue fenomenal. No os paséis con el tiempo, ponerlo diez segundos y comprobad la consistencia. Si sigue muy duro, otros diez, hasta que pueda manejarse.

Sobre una superficie limpia y con azúcar glass, empezáis a estirar el fondant. Se trata de ir poco a poco estirando y girándolo, para que nos vaya quedando lo más redondo posible y por todos los lados igual.


Para estirarlo, hay utensilios concretos, pero yo utilizo un rodillo normal y corriente. Con paciencia, el resultado final será más o menos como este (a mi no me quedó muy redondo que digamos, jeje).



Para saber si el fondant cubrirá nuestra tarta, basta con fijarse en el rodillo. Por ejemplo, si la tarta tiene la longitud del rodillo, nuestro fondant debería estar estirado dicha longitud más los extremos del rodillo (la parte por donde lo agarramos).

Cuando ya está estirado, con mucho cuidado, colocamos el fondant sobre la tarta, procurando centrarlo y vamos presionando desde el centro hacia los lados suavemente, para que no queden arrugas ni pliegues ni nada. Lo mismo hacemos con los laterales, siempre con la palma de la mano y hacia abajo. Hay muchos vídeos en internet donde se ve mucho mejor que explicado con palabras.



Cuando ya tengamos toda la tarta cubierta, recortamos el fondant sobrante. De nuevo, existen cortadores específicos, yo utilicé un cuchillo y lo fui haciendo poco a poco.


Y ya en este punto, sólo falta ponerle los muñecos por encima, así como todos los adornos que queráis realizar. Para pegar los muñecos, basta con un poco de agua.


Lo mejor, sin lugar a dudas, la cara de mi niña cuando la vio, solo por eso mereció la pena todo el tiempo dedicado y el cansancio de ese día, ¡¡¡fue genial!!! ¡¡¡Animaos a hacerla!!!

En otra entrada os comentaré dónde compré los ingredientes para hacer los muñecos. Desgraciadamente, no pude hacer fotos de todo el proceso de modelado ni tampoco un video, que creo que es donde mejor se vería, porque era de madrugada y no tenía a nadie que lo hiciera. De todas formas, no es que sea una experta en este tipo de modelaje, así que quizá tampoco os hubiera servido de mucho, jeje. Lo que hice fue buscar en internet las imágenes de los muñecos e intentar hacerlas lo más parecidos posible.

5 comentarios:

  1. vaya trabajo!!
    está espectacular!! me encanta,enhorabuena, me gusta mucho tu blog.
    si te apetece date una vuelta por el mío, saludos
    El cielo es de color rosa

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    1. Muchas gracias May!!! Ahora lo tengo un poco abandonado porque he sido madre de nuevo, pero espero volver pronto con nuevas entradas. Y, por supuesto, me pasare por tu blog ;)

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  2. Me has ilustrado mucho con el paso a paso. Te encontré por circunstancias en internet al buscar una tarta de pocoyó y te digo que me gusta mucho tu paso a paso porque se ve fácil, otra cosa es luego a la hora de hacerla una misma, y decirte que te ha quedado fenomenal. Para otra lo de los muñequitos ¿vale?. Besinos. M

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  3. Mira a ver si puedes quitar el verificador de palabras porque es una lata el ponerte un comentario. Esta es la 5ª vez que lo intento

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    Respuestas
    1. Hola Sofía! Muchas gracias por tu comentario, espero que te animes a hacerlo porque es muy divertido y los peques alucinan!! Espero verte más veces por aquí. Intentaré quitar lo que me comentas de las palabras, a ver qué puede ser.
      Gracias!!!

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