Hace ya más de dos años que no te veo y tengo muchas cosas
que contarte. La última conversación que mantuvimos fue demasiado corta, aunque
creo que, de haber tenido días, también me hubiera parecido poco. Qué difíciles
son las despedidas y más por teléfono, como me tocó a mí despedirme de ti.
Quizá por eso se hace más complicado aceptar la realidad.
El último día que hablamos estaba embarazada, a punto de
salir de cuentas, me quedaba poco más de una semana. Ese fue el motivo de no
poder ir a verte, demasiados kilómetros en mi estado. Qué extraña puede llegar
a ser la vida, tres días después de irte tú, nacía Lucía. Como un
acontecimiento tan doloroso puede llegar a quedar ligeramente rebajado por un
motivo tan maravilloso. Tres días es muy poco tiempo para asumir tantos cambios…
Quería ponerte un poco al día de todos los acontecimientos
que han ocurrido en la familia. Siempre que nos veíamos, cuando ya me despedía
de ti, te decía que le dijeras adiós a tu biznieta y tú siempre me acariciabas
la tripa y decías: “Adiós Lucía, adiós. Sal prontito que tengo muchas ganas de
verte”. Al final, no llegó a tiempo… ¡¡por tan poco!! Así que quería
presentártela. Esta es Lucía:
Aquí era el día de su cumpleaños, el día que hacía dos
añitos. Es muy lista, abuela, creo que te gustaría mucho. Tiene sus cosas,
imagino que como cualquier otro niño de su edad. Lleva ya un tiempo que a cualquier cosa que le digo me contesta
con un “no” y eso, he de reconocer, hay veces que me saca de mis casillas. Y no
veas cómo habla, no se la entiende la mayor parte de las veces, pero no para de
chapurrear en todo el día. Y nos mete unas charlas impresionantes cuando quiere
que hagamos algo. Tendrías que verla cuando quiere conseguir alguna cosa, por
ejemplo, chocolate. Es graciosísima, porque me dice: “un poquito mamá, ¿vale?,
solo un poquito, mañana, más”. Te encantaría escucharla, casi puedo ver cómo te
reirías con estas cosas.
La apuntamos a la guardería cuando ya terminaba mi
excedencia, con siete mesecillos, pero tuvimos que sacarla porque estaba todo
el día enferma. Así que ha sido mamá quién se ha encargado de cuidarla durante
algo más de un año. Tienen una relación buenísima, mi madre la adora y Lucía,
cuando está con su abuela, no hay nadie más en el mundo. Eso me hace muy feliz,
porque sé que mi hija tendrá una unión muy especial con su abuela y sé lo
importante que es eso, porque, afortunadamente, yo también la he tenido. Tendrá
recuerdos de paseos dados con su abuela, de juegos, de anécdotas y eso lo
llevará siempre con ella. Recordará también cuando su abuelo le abanicaba la
comida para que se enfriara o de la cantidad de fotos que le hacía, igual que
yo recuerdo los paseos que daba con el abuelo o cuando me enseñó (o al menos
trató de hacerlo) el abecedario.
Qué buena hija has tenido, abuela, debes sentirte
muy orgullosa de ella. Es una magnífica madre y una abuela increíble. Solo espero
haber heredado esas cualidades.
¿Sabes lo que sí he hecho y sigo haciendo? Dar el pecho. Mi
madre siempre me decía que tú les diste el pecho a tus cinco hijos y que a ella
se lo diste hasta los dos años. Dice que tenías leche para tus hijos y para los
de las demás, jejeje. En eso nos parecemos, es más, yo sigo dándole el pecho a
Lucía y tiene ya 27 meses.
En julio del año pasado Javi y yo nos casamos. Fue una
ceremonia muy bonita realizada en un jardín precioso. No fue por la iglesia, lo
siento abuela, aunque estoy segura de que no te habría importado. Tu hija iba
guapísima y tu nieta tampoco estaba mal, para qué nos vamos a engañar. Me hacías
falta ese día, en realidad, me hacíais falta los dos, pero os llevaba conmigo,
así que, en cierto modo, estabais allí, ¿no?
Y, bueno, ahora quería presentarte a tu otro biznieto,
Darío. Sí, abuela, tengo otro hijo, pero de este te había hablado ya. Recuerdo
cuando fuimos al pueblo a finales de octubre y te pedi que, por favor, el bebé
estuviera sano y que todo fuera bien. Tengo que decirte que, aunque el embarazo
fue movidito, con muchas pruebas y preocupaciones (aunque yo quisiera quitarle
importancia a la cosa), mi hijo es un niño sano y precioso. Nació el 11 de mayo, tuvieron que provocarme
el parto porque no estaba creciendo mucho. Pesó 2700 y midió 46 centímetros,
pero a los pocos días ya pesaba más de tres kilos y había crecido tres
centímetros, así que estamos muy contentos. Aquí le tienes:
Dicen que él se parece más a la familia materna, Lucía es
que es igual que Javi, pero Darío es más morenito y tiene la carita diferente, creo
que sí se parecerá más a nuestra familia, ya veremos, yo de momento soy incapaz
de sacar parecidos, aunque más de uno me ha dicho que se parece a Miguel.
Hoy cumple ya dos mesecitos y sigue portándose genial,
duerme bastante (al menos, a mi me lo parece, porque Lucía duerme y dormía
poquísimo), no llora y es simpático como él solo. Lucía no lo lleva mal del
todo, aunque supongo que algunos de sus berrinches se deben a la nueva
situación y a que no puedo prestarle toda la atención que quiere cuando ella
quiere. Pero bueno, estoy contenta porque no parece que esté teniendo muchos
celos, ya veremos cómo va la cosa más adelante.
Miguel está muy bien, terminó sus estudios e hizo las
prácticas en la empresa en la que trabajamos Javi y yo y, tras terminarlas, le
contrataron, así que es nuestro nuevo compañero. Se hace un poco raro eso de
saber que está trabajando con nosotros, pero estamos todos muy orgullosos de
él. Y él está encantado, que es lo importante. De momento yo estoy de baja
maternal, pero cuando me incorpore, estaré encantada de tener a mi hermanito
cerca.
Y estas son las buenas noticias que tenía que contarte. Pero
tengo muchos planes para el futuro, abuela, muchos cambios que quiero hacer en
mi vida y seguro que estarás conmigo en todos ellos. Me acuerdo de ti cada día
y quería decírtelo, no podía dejar pasar más tiempo sin hacerlo.
Te quiere,
Tu nieta.
Precioso!!!!!
ResponderEliminarGracias guapa!!
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