Hola cariño,
Tengo muchas cosas por las que pedirte perdón, pero aún eres muy pequeña y no comprenderías ni la mitad de mis palabras. Seguramente a los pocos segundos tú empezarías tu propia conversación y querrías que jugáramos a las cocinitas o a la peluquería. Pero mamá necesita pedirte perdón.
Perdón por todas las veces que te he levantado la voz. Mamá hace ya mucho tiempo que no duerme lo suficiente y eso hace que tenga menos paciencia.
Perdón por todas las veces que no he sabido entenderte.
Perdón por todas las ocasiones en las que no te he prestado la suficiente atención.
Perdón por todo el tiempo que no paso contigo, ahora tu hermano es muy chiquitito y necesita mucho de mi.
Perdón por cada vez que quieres teta y yo no te dejo que comas, pero muchas veces es tan complicado para mi....
Perdón por pretender que seas más mayor de lo que eres en muchos momentos.
Perdón por no darte todos los abrazos y todos los besos que seguramente necesitas en esos berrinches que muchas veces te agarras.
Y, lo más importante, perdón porque tú no tienes la culpa de nada de esto, no tienes la culpa de nada de lo que a mi me ocurra.
Pero también tengo que darte las gracias...
Gracias por todas las sonrisas que me regalas.
Gracias por tus besos y abrazos, porque, aunque no lo creas, los necesito yo casi tanto o más que tú.
Gracias por querer jugar conmigo cada día a pesar de tener que decirte que no puedo más veces de las que me gustaría.
Gracias por esa alegría tan grande que sientes cada vez que me ves aparecer en la guarde.
Gracias por perdonar todos mis defectos y quererme a pesar de ellos.
Gracias por estar conmigo y hacerme tan, tan, tan feliz.
Te quiere mucho,
Mamá.
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domingo, 20 de enero de 2013
lunes, 26 de noviembre de 2012
El potingue o RKT
Como se hace el RKT
Tengo familia en EEUU, más concretamente en Alaska, y
gracias a ellos desde hace muchos años tenemos recetas de postres y chucherías
típicas de allí (ahora, gracias a internet es sencillísimo acceder a ellas,
pero hace 20 años era otro cantar). Una de esas delicias es una mezcla de nubes
y cereales. Toda mi vida lo he llamado “el potingue” y, cuando algún amigo me
ha pedido la receta, siempre se ha referido a ella por el mismo nombre.
Hace relativamente poco tiempo descubrí que este “potingue”
se utilizaba con bastante frecuencia en la repostería creativa, pues es muy
ligero (en cuanto a peso), se puede modelar y forrar con fondant y da muchísimo
juego, amén de estar absolutamente delicioso. Este “potingue” es en realidad el
famoso rice krispies treats o RKT (seguramente cuando mi prima lo hizo la
primera vez utilizaría este nombre, pero como para que una niña de 10 años se
acordara…). En EEUU lo comercializan en bolsitas individuales y se hace con los
famosos malvaviscos de color blanco cuyo sabor nada tiene que ver con las nubes
de aquí.
En las recetas que he visto por internet, se suele hacer en
el microondas, pero yo aquí voy a poner la receta que siempre hemos hecho en
casa, la misma que en su día me dio mi prima.
He de decir que jamás he pesado los ingredientes, todo lo
hago a ojo, pero recuerdo que mi prima nos dijo que para 20 esponjas (recordad
que las esponjas eran alargadas, grandecitas, no como ahora que las encuentras
de todas las formas y colores) se debía utilizar aproximadamente medio paquete
de cereales.
INGREDIENTES
Nubes (yo utilizo siempre las de Alcampo, bolsas de 200
gramos. Las blancas acaban siendo fondant y las rosas terminan siendo “el
potingue”).
Mantequilla.
Leche.
Cereales Krispies (los de los tres duendecillos). Los podéis hacer con los de chocolate también.
PREPARACIÓN
En una cacerola echamos la mantequilla (para 100 gramos de
nubes, fácilmente se le pueden echar cuatro cucharaditas de las de café).
Ponemos las nubes junto con la mantequilla (o bien primero fundimos un poco la
mantequilla y luego agregamos las nubes). Se tiene que poner a fuego no muy
alto porque las esponjas se queman con mucha facilidad. Vamos removiendo
continuamente para que no se pegue ni se queme y se vaya fundiendo.
Llega un momento en el que las esponjas están más derretidas
y pegadas entre sí, como un mazacote. En ese momento, agregamos un chorrito de
leche, muy poquito, una o dos cucharaditas aproximadamente, lo suficiente para
que se deshaga el mazacote que se ha formado y ayudemos a que se fundan mejor.
Cuando estén fundidas del todo, retiramos la cacerola del
fuego y vamos añadiendo los cereales poco a poco, porque para añadir más si
vemos que nos falta siempre hay tiempo, pero lo que no vamos a poder hacer es
añadir más esponjas derretidas.
Al final nos encontraremos con una mezcla pegajosa en la que
veremos “hilitos” de la nube fundida entre los granitos de arroz inflado. Esa
sería la consistencia que hay que buscar. Hay que tener en cuenta que cuando se
enfría se endurece muchísimo.
Lo pasamos a un molde de cristal (por ejemplo, un pirex) y lo
extendemos con las manos. Si lo queremos utilizar para modelar, éste es el
momento, después se queda muy duro y para según qué cosas no podremos hacerlo.
Otra opción es dejar que se endurezca y después cortarlo con un cuchillo para
darle la forma deseada. O, simplemente, dejar que enfríe un poco y… ¡¡a comer!!
Madre mía, esto es casa es un peligro, yo soy peor que los niños y es empezar y
no parar… ¡¡Tenéis que probarlo!!
Os dejo el link a mi primer video tutorial!! Perdonad los fallos, es que es el primero!! La cantidad
utilizada son 45 gramos de cereales, no tenía más, pero le faltaba más
cantidad, quizá con unos 55 o 60 gramos hubiera quedado mejor aun. Espero que
os sea de utilidad…
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